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"FUI UN REBELDE DE SACO Y CORBATA" Entrevista a Carlos Germán Belli

Publicado: 2012-06-07

Abrumado  por los recientes homenajes que celebran los cincuenta años de la aparición de Oh hada Cibernética (1961), Carlos Germán Belli recuerda su primer libro Poemas (1958) y nos habla de un muchacho rebelde de saco y corbata, cuyas obras comienzan a aparecer entre las imprentas del Centro de Lima y las prensas de Javier Sologuren, por los años 50.

Intenso y revelando signos y moradas, Belli, uno de los poetas más importantes de nuestra prolífica tradición, se sienta a recordar sus inicios: los amigos, San Marcos, Lima y viejos proyectos.

¿Cómo recuerdas al poeta joven Carlos Germán Belli?

Hablamos de hace más de 50 años. Ese muchacho era un lector fervoroso que consideraba que la lectura debía ir pareja con la escritura. Estaba imbuido de los poetas modernistas hispanoamericanos, los de la vanguardia, los franceses y, finalmente recalé en clásicos españoles del Siglo de Oro. Fui un lector de biblioteca pública, iba muchísimo a la Biblioteca Nacional mientras, que por otro lado reconocía a la par mi escritura y hacía poemas letristas tipo fonético, y sin darme cuenta, de modo imperceptible uní la tradición literaria a una modernidad y me quedé en un estilo, según algunos críticos, barroco. Otros lo llaman manierista. Y ahí me he quedado muy cómodo.

¿Alguna moda? ¿Eras un rebelde?

Yo me pegué a la moda de mi generación: el bigote y tanto fue así que con bigotes me casé. Por lo demás, yo trabajaba como empleado público en el Senado y claro, teníamos que ir con corbata. Era un tipo con apariencia convencional. Un tipo tranquilo, un rebelde de saco y corbata, empleado del Congreso, pero con bigote. (Risas)

Respecto a las generaciones poéticas, si bien eres del 50, tu mayor producción pertenece al 60

Escribí un poema con el tema del hada en el 60 y lo publiqué en un segundo poemario Dentro y fuera. Ese poema dio paso a todo un libro con otras composiciones alusivas al hada que saqué en el 61, haciendo cuentas, hace ya 50 años, en las prensas de Javier Sologuren, en la Rama Florida. Yo empecé a publicar en el 50, me siento completamente dentro de esta generación, incluso por mi grupo de amigos, por las lecturas compartidas. En esos años leíamos a los existencialistas, a Sartre, a Camus en el campo de la ensayística narrativa, y, en la poesía, a Breton, Eluard Michaux. Todo esto corresponde a los 50.

¿Qué puedes decir sobre la generación de poetas jóvenes en los 50? (Esa mancha brava… Eielson, Varela, Sologuren, Chariarse, Bendezú, Escorza)

No nos conocíamos mucho entre todos. Chariarse era el más amiguero pero entre todos ellos me describo como un solitario. Además a Chariarse lo conocí en el colegio junto a Alberto Escobar. A este último, en una misma aula del Raimondi, que era en ese en ese momento el Colegio Italiano. Ya en la universidad hice vínculos más fuertes -debo confesarlo- más en San Marcos, que Católica. Ahí estaban Romualdo, Paco Bendezú, Scorza, músicos como Paco Pulgar Vidal. Era el año 46.

Describe el ambiente político

La política no primaba. Había, pero no primaba. Cuando yo entré a San Marcos en el 46, la verdad, es que más importantes eran las relaciones literarias con los poetas de aquellos días. La literatura no era avasallada por la política. El aluvión ideológico vino después. Cuando estuve ahí la preocupación era por la lectura, por la escritura. Nos interesaba Sartre. Leíamos La náusea, El hombre rebelde de Camus y poesía de la vanguardia francesa o poetas de la generación del 27.

¿Cómo recuerdas la publicación de tu primer libro? (Poemas 1958)

La edición tuve que pagarla yo, ¿con qué?, lo recuerdo con mucha precisión. Trabajaba en el senado y teníamos derecho a pedir un préstamo administrativo. Con ese dinero fui a la imprenta de un señor Villanueva en el Centro de Lima. Le dije: edíteme un libro de poesía, éste es el manuscrito y éste es el modelo. ¿Cuál era el modelo? Un libro de Raúl Deustua, de color morado. Muy bonito, muy elegante “igualito quiero Sr. Villanueva” y me hizo uno igual al de Raúl Deustua… Arquitectura del poema (1955). Él era, además, un gran poeta de mi generación. En cambio el segundo cuadernillo -una cosa minúscula y modesta- me lo editó generosamente Javier Sologuren y el que siguió también, luego vinieron los demás.

Yo creo que el lenguaje elige a sus portadores, ¿puedes reconocer un momento de contacto en especial?

Puesto de esa forma, si, ese momento puede haber ocurrido pero debo confesar que una crítica negativa que tuve a raíz de mi segundo cuadernillo Dentro y fuera, que estaba imbuido en la atmósfera vanguardista moderna y humor negro, fue muy criticado y esos comentarios me impulsaron a leer a los poetas antiguos. Ese es un momento decisivo que me traslada a otro lugar y con estos poetas. El proceso y gestación de este mismo lenguaje debe haber sido arduo.

¿Has buscado tu lenguaje en otros géneros literarios?

Pro pane lucrando (risas) sí, con la prosa periodística. Narrativa no, sólo crónicas de viaje que publicaba en El Comercio y que luego se reunieron en un libro, El Imán. Quizá alguna prosa onírica. Escribí mis sueños, pero son cosas aisladas. Todo se trasladó al lenguaje poético, ahí concentré la escritura de la fantasía, el sueño.

Volviendo al poeta joven, ¿cuándo empiezas a reconocerte como escritor?

No me reconozco todavía, fíjate. No sé si ha sido sincera mi respuesta pero no me reconozco porque trato de hacer otras cosas, nuevas cosas. Me empeño en eso y me falta cumplir mi ciclo pese a los cincuenta años de actividad. Tengo un poemario entre manos, por ejemplo. Ya está escrito. Aun no busco editor y no he tocado puertas porque quisiera escribir unos poemas más. Estoy a la espera de la inspiración, de proyectos, de algún viaje y si no me invitan lo hago con mis propios medios, como ese joven poeta que pidió un préstamo administrativo para publicar su primer libro. (Risas, muchas).

CUANDO EL SESO TIENE LA ALTURA DE UN GRANO DE ARENA

De los libros el luminoso plectro

diríase que pasa

hacer lía del recto,

pues después de tanto leer sin tasa

nada ha quedado en casa

POEMA

¿Por qué me han mudado

del claustro materno

al claustro terreno

en vez de desovarme

en agua aire o fuego?

Revista SIETE. Edición N3.

Semanario del 4 al 11 de diciembre 2011

Por Cecilia Podestá


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Dinosaurios de latón

Prensa cultural